domingo, 26 de mayo de 2013

Doc.....Llevo tal cacao que ya nada me la empalma



“Como haber ido a una fiesta a la que no estabas invitado. La gente de alrededor sabe que hacer allí. Saben dónde están las bebidas y dónde está el baño. Conocen al dueño.  Conocen los entresijos del espacio.  Han ido preparados para la ocasión: con sus ostentosos trajes, sus sonrisas, su ánimo festivo. Ubicados tal y como debe ser. Una especie de muebles colocados en el lugar preciso. El cuadro es geométricamente perfecto. Las notas cuadran en el pentagrama. Puedes palpar la armonía entre todos los factores que lo componen; incluso la estupidez tiene su lugar. Sería genial que no te preguntases que demonios haces allí, pero lo haces. Miras alrededor y sabes que funciona. El engranaje de las piezas es factible. Lo único que me preocupa es que ya no hay más espacio para ningún mueble más. Fuera de lugar. Relegado a la terraza para no molestar y entorpecer a los asistentes. Me quedo mirando por la ventana. Está claro que hay una fiesta ………y no soy bienvenido”.
-Vaya, esto está muy bien.
-Bueno, usted me dijo que escribiese como me sentía y hacerlo así me ha resultado más fácil.
-No, no, no. Está muy bien. De verdad. Está muy claro.
-Me alegro que uno de los dos lo tenga claro, porque lo que es yo….
-A ver Moui, hay mucho trabajo que hacer y hay que empezar por el principio. Esto es un buen principio para desgranar todo lo que tienes en tu interior. Cuando alguien lleva durante mucho tiempo ……..es como ……como…….como si….
-Como si quieres acceder a la columna vertebral de un cuerpo sin abrir primero la carne,  apartar los músculos, los tejidos y sacar las vísceras, ¿no?
-Bueno, igual este es un ejemplo un poco crudo, pero nos vale. Lo que quiero decir es que hay que ir sacando las piezas una detrás de la otra. Como tú dices no podemos acceder al objetivo sin solucionar los pormenores inminentes.
-Ya, lo que no me queda claro es el objetivo. Quiero decir, yo le hablo de lo que me pasa y de cómo me siento y aunque eso me alivia un poco…..no sé, no tengo claro que es lo que tengo que esperar que ocurra.
-Que te sientas mejor contigo mismo. Que te conozcas. Que sepas cuales son las herramientas de que dispones.
-Una cosa.
-Dime, dime.
-Cuando un psicólogo está perdiendo el melón qué es lo que hace, ¿ir a otro psicólogo?
-Je je. Bueno, supongo que sí. Lo primero es aceptar que uno puede ser ayudado por otros.
-Usted ¿va al psicólogo?
-La verdad es que cuando lo he necesitado no he tenido ningún problema en ir.
-O sea que esto para usted es como hacerse mecánico y no poder reparar su propio coche.
-Pues visto así……si, ahora que lo dices sí.
-Vaya mierda, entonces, ¿no le parece?
-Somos personas y nos deprimimos como los demás, tenemos ansiedades, sufrimos etc….
-Me imagino; de hecho tengo algunos amigos que estudiaron psicología y están como cabras, así que supongo que hicieron esa carrera con el fin de arreglar el estropicio por sí mismos, pero veo que no es así. Vamos, por lo que dice usted.
-Cada uno es un mundo. Pero bueno creo que ahora lo que nos acontece es como te encuentras tú, ¿no te parece?
-Sí claro, pero creo que querer saber si está usted en sus cabales tampoco es tan raro, ¿no?
-Pues la verdad es que eres el primer paciente que me lo pregunta.
-Y qué me dice, ¿hay alguien al volante?
-Je je. Sí, no te preocupes.
-Bueno saberlo. Después de todo, le estoy dejando que meta sus manitas de loquero en mi frágil cabecita.
-Así es. Pero lo vamos a hacer entre los dos. Necesito que colabores y que no tengas reparo en tratar cualquier tema. Eso nos hará mucho más efectivos a la hora de dilucidar el problema y así llegar a ver que tienes a tu alcance para resolverlo.
-De acuerdo, empecemos pues.
-Bien, lo primero que quiero es que me digas que tal te encuentras hoy.
-Pues igual que la semana pasada sólo que con siete jodidos días más que me aplastan.
-¿Has vuelto a sentir rabia o tristeza?
-Creo que la pregunta sería cuándo no la he sentido, así acabaríamos antes.
-O sea la mayor parte del tiempo. Y ¿qué has hecho para controlarla?
-Ah….no sabía que debiera controlarla.
-Bueno, según me contaste, aquella situación en el cine te hizo perder los papeles, ¿no? Al hombre gordo y las palomitas me refiero.
-Sí, aquel subnormal, sí.
-Bueno, esas sensaciones agotan y dificultan tener algo de claridad, así que lo que quiero es que cuando empieces a sentirlas es que no hagas nada…
-Pues eso es lo que hago, ya se lo he dicho.
-Sí, sí, pero no. Lo que quiero es que observes esas sensaciones como si pasasen en una pantalla. Como una película. Con lo cual no harás nada para combatirlas, pero sí que harás algo; observarlas.
-¿Me lo dice en serio?
-Por supuesto, ¿qué ocurre?
-Hombre, pues que eso lo puedes leer en cualquier libro de autoayuda, y sí le soy sincero creo que lo único que consigue uno haciendo eso es enredarse todavía más.
- Oh……. mmmmm….déjame pensar.
-Piense, piense. Tómese su tiempo.
-Je je. A ver Mouim hay que hacerlo con delicadeza y poco a poco. Una vez nos pongamos todo fluirá tal y como debe ser.
-Eso espero.
-claro hombre….cuéntame otra situación que te haga sentir mal.
-Pues ahora mismo…….No sé.
-De acuerdo, dime, ¿alguna vez te has sentido pletórico?
-Sí, pero no lo recuerdo muy bien.
-Eras muy joven
-No, estaba muy drogado.
-¿te drogabas?
-Me confunde Doc.
-¿Cómo dices?
-A veces le tengo por una persona sensata y perspicaz que se entera de la copla, y otras me parece que pierde el hilo. Que se queda atrás. Si le explico que en el pasado hacia tal cosa creo que queda claro, no hace falta que me lo vuelva a preguntar.
-¿Eso te hace sentir rabia?
-Si le clavase un bolígrafo en la oreja, ¿sentiría dolor?
-Está bien, está bien. Creo que nos estamos desviando un poco del tema.
-Mire Doc, conmigo no se ande con tonterías. Haga preguntas más inteligentes para que me faciliten el camino hacia ese objetivo que usted me ha puesto en las narices como si de una zanahoria se tratase.
-¿te sientes vacío?
-Doc, Doc, Doc. Deje de tocarse la pilila y esfuércese un poco, ¡por dios!.....….
-¿te sientes vacío o no?
-¿tocas el ukelele?
-No me respondas con otra pregunta Moui…….vamos, ¿te sientes vacío?
-joder………¿qué quiere que le responda?
-Quiero que me respondas la pregunta.
-…….pienso que…..
-Adelante, adelante.
-está bien, está bien, no se me alborote......Pienso………….Pues pienso que a  lo largo de los años creo haber descubierto que no hay forma de llenar ese vacío, ¿entiende? He intentado llenarlo con toda clase de gilipolleces. Me he inventado mil cosas que hacer para llenarlo. Al principio pensaba que tenía alguna pérdida, porque a cuantas más cosas dedicaba mi tiempo, más vacío me sentía. Como ir a la fuente a llenar la garrafa de agua y al volver ver que está otra vez vacía. Es entonces cuando me di cuenta que era todo lo contrario. Estaba tan lleno….tan a rebosar, que no podía ver nada. El viejo truco dela mente, ya sabe. Ella no quiere que veas sus fallas y te incita a obviarlas con espejismos. Ella forma parte de ti y quieres ver qué narices pasa, pero es escurridiza y si no estás completamente atento te ves envuelto en cualquier cosa por evitarla. Da miedo asomarse y ella lo sabe. Es extraño. Tú y tu mente queréis ir por el mismo camino, pero ninguno de los dos habla sobre ello y desconfiáis el uno del otro. Como entrar en tu casa por primera vez y acercarte a la habitación principal. Entras y la ves. Está completamente vacía y…..
-¿Vives solo?
-¿¿QUÉ??....¿¿Ya estamos otra vez??....Por favor, escuche lo que digo y luego suelta las bobadas que quiera.
-No creo que sea ninguna bobada, Moui.
-Y yo creo que debería tener una charla con el psicólogo que le trata a usted, porque vamos…
-Bueno Moui, no te pongas así.
-Lo siento, Doc. Pero me pone un poco nervioso que me interrumpa. Lo comprende, ¿no?
-Sí…..perdona, Moui…..era  sólo que…… Continúa, continúa…..La habitación….entras y está vacía….
-Joder, Doc….joder……… gracias….entras en la habitación y está completamente vacía. La amueblas, pones unos cuadros, estanterías, libros, un despertador, una cómoda…..resulta acogedora. Con el tiempo acumulas recuerdos, más libros, más cuadros, un perchero, un baúl, más zapatos, otra estantería……y aquella habitación pulcra y vacía es imposible verla. Te acabas identificando con todo menos con la habitación en sí. La habitación está llena hasta los topes y deshacerse de aquello con lo que te identificas da un poco de respeto. Con lo cual cada vez está más llena. Cada vez hay menos oxígeno, ¿comprende? Creo que en la mente ocurre de forma similar. Y ella lo sabe. Quiere que te deshagas de todo para estar libre y poder respirar de nuevo, pero a la vez tiene miedo de perderse al deshacerse de todo con lo que se identifica. Cree que le hace ser quien es, y tú piensas lo mismo. Es entonces cuando enloqueces, porque no hay tiempo para sacar y meter al mismo tiempo. Ya me entiende. O follamos o no, pero las dos cosas a la vez…….te crispa, claro. Da error. Porque luego te ves con tu cosa en la mano, completamente desconcertado porque no sabes qué coño ha pasado. Le ibas a dar unos buenos meneos al mundo y de repente no hay forma. Llevas tal cacao que nada te la empalma
-jo, jo, jo. Vaya ejemplo Moui. Jo, jo , jo.
-Me alegro que le haga gracia, de verdad. Mejor eso que me pregunte si tengo problemas de erección.
-¿Los tienes?
-Esa mujer de la foto, ¿es su esposa?
-Sí, así es.
-Pues que sepa que voy a grabar esa imagen en mi retina y esta noche voy derramarme sobre ella.
-Jo, jo, jo. Como eres Moui……. De acuerdo, de acuerdo. Por hoy está bien. Vuelve a casa y esta semana intenta no pensar en quien eres ni en lo que crees que debe ser tu vida. No te metas presión. Ves descubriendo esa piel que te envuelve, como un niño que observa el papel que envuelve al regalo. Ya iremos descubriendo que es lo que esconde dentro, ¿estamos de acuerdo?
-Sí, Doc. Estamos de acuerdo.
-Nos vemos la semana que viene
-Claro, no vemos la semana que viene.
-Mmmmmm…..¿Moui?
-Dígame
-Los cincuenta euros
-Oh, claro, claro. Aquí tiene…
-Ten una buena semana.
-Usted también, Doc. Usted también

viernes, 24 de mayo de 2013

Cuando apuestas hasta tu alma, puedes salir ganando....o muriendo


La última capa es tan frágil que dos palabras pueden romperla. 

Estaba sentado en la terraza de un bar. El día era tan soleado que estar tan deprimido hacia que fuese una burla meteorológica. El cielo despejado y ese azul tan brillante y luminoso eran elementos aterradores. En vez de reconfortarle, aumentaba su sentimiento de desarraigo. Pensó que él era de otro planeta. No sentía nada especial por sus semejantes. No los entendía. En la teoría de la polaridad su situación era una  ecuación indeterminada. Tal vez no había elegido bien, pero desde su punto de vista no había forma de acertar. En cualquiera de los casos habría llegado al mismo punto. De lo que si se había dado cuenta era  que nadie había levantado sospechas por su comportamiento. Su imitación era tan brillante que nadie lo hubiese imaginado, o eso creía. Un hombre trabajador, casado y aficionado a los deportes. Ni era muy simpático, ni desagradable. Llevaba a cabo todas las normas sociales. Desde pequeño se había limitado a observar que era lo que hacía el resto y en función de las respuestas a esos actos, interiorizaba o descartaba. Actuar así fue un consuelo, por lo menos durante una gran parte de su vida. No resultaba difícil. La mayoría de la gente era insulsa, sin imaginación y aburrida. El resto simplemente hacia todo lo posible para no parecerse a los primeros. Así que llegaban a ser tan indeseables tanto unos como los otros.
A su mujer la conoció en un bar.  Le pidió una cita y ella dijo que sí. Le pidió que se fuesen a vivir juntos y ella contestó que sí. Le pidió matrimonio y ella aceptó. Así de fácil. Pensó que era lo que había que hacer y lo hizo. El por qué la eligió ni se le pasaba por la cabeza. Pensó que era lo normal llegados a esa etapa de su vida y ella se cruzó en su camino. Como tener una pistola en la mano  y que un pájaro se pose en el cañón del arma. Sólo hay que hacer clic.

Llevaban doce años juntos. Doce años sin altibajos, sin mucha conversación. Dolores era callada, respetuosa y siempre parecía estar de acuerdo con lo que Onofre decidiese. Ella había tenido una infancia difícil sin el amor y el apoyo de una familia, y Onofre era lo que necesitaba. Simplemente alguien que estuviese a su lado. No pedía mucho más porque eso era más de lo que había recibido hasta ese momento. Pero las personas evolucionan y según hacia dónde sea, pueden pasar dos cosas: una, que se produzca un choque entre dos trenes de alta velocidad; o dos, que se produzca un choque en el cielo entre dos aviones. Al final por algún lado ha de salir toda esa basura. Tragarte lo que piensas durante mucho tiempo te enloquece. Pero Dolores lo había soportado.  Lo podía soportar porque no se permitía pensar en algo mejor, pero se despistó y dejó una ranura abierta a la esperanza. Cometió el error de plantearse alternativas, de visualizar una vida diferente. “si ellos pueden, ¿por qué yo no?”, pensaba. Así que empezó a contrariar a Onofre, a criticar su forma de comportarse, a decirle que nadie podía vivir sin corazón, que su forma de vivir era primitiva, triste y que no valía la pena vivirla. En estos casos alguien tiene que pagar y siempre lo hace quien tienes a tu lado. La culpa siempre es de quien tienes en frente. Onofre por su parte empezó a sentir algo nuevo. Era la primera vez que se sentía decepcionado por algo o alguien. “¿Por qué ahora?” No se lo podía creer. Todos estos años afianzando su forma de vivir y ahora esa zorra lo iba desmantelar todo porque quería vivir su sueño. Si alguien tiene la culpa es quien tienes delante y Dolores estaba justo en frente. Empezó a enloquecer. ¿Qué clase de sueño era ese? “……encontrarme conmigo misma, quiero sentir algo de verdad, no quiero sentirme así el resto de mi vida…” ¿De qué demonios estaba hablando aquella mujer? ¿Qué era esa mierda de encontrarse a sí misma? No le faltaba de nada. Comida, un techo, una televisión. “si quieres encontrarte a ti misma, mírate en un espejo y déjate de tonterías”.
 Dolores hacía planes. La ranura de la esperanza era demasiado atrayente como para obviarla; eso y que por su marido sólo sentía desprecio. Le ponía histérica que no reaccionase ante nada. Ese hombre era un desgraciado que le estaba amargando la vida.
Onofre empezó a sentir algo mucho más fuerte de lo que nunca había sentido, si es que alguna vez había sentido algo. Su interior se había abierto. Las profundidades de un alma que se reprime siempre son tortuosas y Onofre por mucho que hubiese hecho lo imposible por no permitirse nada para con el mundo, por mantenerse al margen, no estaba resultando.

Un hombre como él. De eso nada. Una perra chiflada con ganas de joderle no iba a salirse con la suya, eso sí que no.
Una mujer como ella. Toda una vida poniendo la sonrisa. Con una infancia de mierda. Ya era hora de tener algo mejor, y desde luego un hombre despreciable, un hijo de la gran puta sin corazón como aquel no se lo iba a impedir.

Onofre regresó del bar.
Dolores estaba esperándole.
Abrió la puerta, caminó por el pasillo y fue directo a la cocina.
-¡Lo que tú buscas sólo lo vas a encontrar cuando estés muerta! ¿¿Lo entiendes??! La paz sólo la tendrás cuando estés muerta!
-Déjame tranquila, ¿quieres? Voy a hacer las maletas y me marcho.
-Y ¿¿Dónde coño vas a ir si se puede saber??
-No te importa. Me marcho y eso es todo lo que vas a saber de mí a partir de ahora.
-¿¿Quién coño te ha metido en la cabeza que puedes hacer lo que te venga en gana??
-y ¿Quién narices eres tú para impedírmelo? ¿Eh? No eres más que un fracasado.
-¿¿¿Un fracasado??? ¿¿Y me lo dices tú?? ¿¿¿una maldita huérfana que no tiene donde caerse muerta???
-Eres despreciable, ¿sabes? Yo seré una maldita huérfana que no tiene nada, pero espero cambiarlo, ¿Entiendes? No soy como tú. Tú tienes familia y no quieren saber de ti porque eres un gilipollas, porque estás loco, porque no eres un hombre, eres una piedra. Qué digo una piedra. Eres peor que eso. Eres….
-¡Cállate ya!¡calla de una maldita vez! Yo seré lo que soy, pero nunca te he engañado. ¡Siempre he sido el mismo!
-Igual es ese el problema. Que siempre has sido el mismo hombre sin corazón.
-¿¿De qué pollas estás hablando??
-¡Vete a la mierda! Siempre has pensado que no valga nada. Siempre me has menospreciado. Te crees muy listo por pagar esta casa, ¿no? Cualquier subnormal podría pagar esta casa de mierda.
-No te voy a permitir que me hables así ¡hija de puta!

Dolores se quedó mirándole y sonrió. Por una vez en su vida sabía que podía con ese hombre. Abrió la nevera y cogió una cerveza fresca. Se sentó en la mesa y con esa media sonrisa le dio un trago. “joder, qué bien se siente una cuando se enfrenta a sus miedos” pensó.
A Onofre se le empezó a nublar la vista. Empezó a sudar como un cerdo. Miles de pensamientos se estaban apoderando de su mente. No conseguía volver a esa calma que le proporcionaba la indiferencia. Era como haber dado un paso en falso y no poder volver atrás. Algo desproporcionado se estaba apoderando de él, como si otro cuerpo mucho mayor estuviese ocupando el suyo propio y estirase la piel hasta desgarrarla.
Cogió un cuchillo y fue directo a su mano. Le traspasó la piel, le seccionó tendones, músculos, venas y le partió los huesos de la mano. EL cuchillo le atravesó hasta clavarse en la mesa de madera. Dolores chilló.
-¡¡¡HIJO DE LA GRANDÍSIMA PUTAAAA!!!
Se agarró al cuchillo en un intento de soltarlo de la mesa y liberar su mano, pero no pudo. Cogió la botella de cerveza por el cuello y se la estampó en la cara a Onofre. Le desgarró los párpados sacando sus ojos de las órbitas. Tenía toda la cara llena de cristales y sangre mezclada con toda aquella cerveza.
-¡¡¡MALDITA ZORRAAAAA!!!! ¡¡¡ESTOY CIEGOOOOOO!!!! ESTOY CIEGO!!!!!!
La situación era dantesca. Dolores apoyó sus pies contra la mesa y agarrando el cuchillo hizo el suficiente esfuerzo como para soltarse. Lo empuñó y se dirigió a Onofre, que tapándose la cara deambulaba como un pollo sin cabeza en medio de la cocina hasta que calló de rodillas. Ella lo aprovechó y le cortó el tendón de Aquiles de la pierna derecha. Onofre soltó sus manos y se las llevó al pie. Dolores no podía parar de acuchillarle. Una y otra vez. En la clavícula, en el brazo, en el costado. Atravesó su hígado como si atravesase un muñeco de plastilina. Onofre cayó hacia delante retorciéndose. Ella saltó sobre su espalda y alzó los brazos tanto como pudo. Le clavó el cuchillo destrozándole las vértebras. Una y otra vez. Una y otra vez.  Le perforó el cráneo decenas de veces hasta que le partió la hoja del cuchillo dentro de su cabeza. Parecía una pelota de playa pinchada. Trozos de cerebro y vísceras esparcidos por el suelo. La luz del día entraba por la ventana iluminando la cocina, dándole un color especial a toda aquella sangre, a toda aquella violencia.
Se levantó del suelo agotada y taponó el agujero en su mano con un trapo de cocina. Se sentó en el suelo y se encendió un cigarro intentando dilucidar que opciones tenía. Miro a Onofre y le pareció que un cadáver no era tan horrendo. A veces estar muerto podría ser una buena solución. Apagó el pitillo y se fue a la habitación. Llenó una bolsa de deportes con un poco de ropa, un cepillo de dientes, un peine y la cerró. Se puso un abrigo y se subió la cremallera hasta arriba para esconder toda aquella sangre en su cuerpo. Cogió su cartera con un poco de dinero y la documentación y se dispuso a marcharse.
Volvió a pasar por la cocina y le echó una última mirada al cuerpo de Onofre. “Ya nos veremos” Susurró. Abrió la puerta. La cerró. Bajó las escaleras y salió del edificio. Puso un pie detrás del otro y ya sólo escuchó sus pasos. Zap, zap, zap, zap.



martes, 21 de mayo de 2013

Cuando un colibrí te picotea las pelotas



Hace un bonito día. El sol está en lo alto del cielo, redondo como la yema de un huevo. La vida sonríe o hace lo que puede. Tiene más un gesto torcido que otra cosa, pero bueno no es fácil para nadie, ni siquiera para ella. De hecho, estuve hablando con ella y me dijo –Moui, estoy hasta las narices de tanto maltrato, lo comprendes, ¿no?- Pues claro que lo comprendo, ¿cómo no lo voy a comprender? Todos pisoteándose unos a otros, batallando contra una injusta moral autoimpuesta y ella ahí, soportando decepción tras decepción.

 Pero hoy hace un bonito día. El sol brilla y aún tenemos ese clima primaveral en el que puedes caminar sin derretirte como un helado de pacotilla. Una brisa fresca y ligera. Así que he ido a visitar a un viejo amigo muy poco afortunado. El desdichado no tienes problemas. Heredó una casa de un familiar que apenas conoció y que mordió el polvo por no sé qué enfermedad incurable. Tiene un barquito en la costa con el que suele navegar cuando su preciosa mujer, Paola, termina pronto de trabajar. No tienen hijos, ni hipoteca, ni enemigos. Es un hombre sano y equilibrado. Ama tanto a su mujer como ella le ama a él. En definitiva, no tiene problemas; aunque desde hace poco tiempo  anda diciéndome que se le está empezando a materializar un sentimiento que le incomoda.  El hombre se siente excluido. Observa como está el patio y cree que no puede participar. Claro, a todo esto, yo le digo que no es tan fácil complicarse la vida, que uno tiene que trabajar concienzudamente. Movimientos sutiles y de una ejecución digna de un maestro. No, no, no. Esto no se construye de un día para otro, escúchame. Esto necesita un entrenamiento. Uno no puede llegar y besar el santo, y ale, todo por la borda. No, no, no. A base de horas y horas. Torcer la vida de alguien lleva su tiempo, ¿sabes? No es por casualidad. Estas cosas no son por casualidad. Una te lleva a la otra y la otra a la otra y así sucesivamente.

Hoy hace un bonito día y voy a ver a mi viejo amigo, a ver si le puedo ayudar y joderle un poco el día. Él lo desea, no es cosa mía. Lo que no sé es si seré capaz de hacerlo, porque de verdad que cuando uno quiere hacerlo a propósito tampoco es fácil; para ello también hay verdaderos especialistas y yo estoy en nivel amateur. 

Voy en mi coche, en mi Delorean. Estoy entrando en Valencia. He dejado atrás la pista de Ademuz y entro por la rotonda de la cabeza azul con orejas azules. -¡Oh, la Dama de Elche!¡Pero qué bonita, jo!¡Vaya,…….. vaya,…….. vaya pedazo de  monumento! ¿no te parece? ¿eh?–

Y así actua la gente que tiene una retinopatía grave incurable. Plas plas plas……Pero en realidad me gusta, porque da un dato informativo a todo aquel foráneo que se acerque a la ciudad. –Esta gente es subnormal, azul o morado o una mezcla de ambos, pero esta gente es subnormal- Somos honestos y no damos sorpresas.

Hago la rotonda intentando adelantar a todos los retrasados que tengo a mi alcance, porque en esto de correr hacia ningún lugar, sin sentido, pero rápido y con riesgo, no quiero que me gane nadie. Cosas del entrenamiento. Ya sabes, hay que echarle horas al asunto.

Busco aparcamiento. Visualizo en mi mente un hueco despejado para mi bólido y lo encuentro.  Es zona azul, pero que le den. No pienso pagar por estacionar el coche. Al hombre que viene corriendo desde la otra acera, haciendo todo aquel esfuerzo aun siendo que va considerablemente ebrio, y que me hace una petición con su mano a pesar de que yo hace un minuto que he aparcado, si le doy una moneda.  Un trato entre caballeros. Yo le doy una moneda y él no me patea el retrovisor.

-gracia….. selló……… Eh uhté …….mu abable.

-sí sí sí. De nada, de nada. Cuídese.

-vaya con dioooooo.



Termino la conversación con el buen hombre y me dirijo a casa de mi viejo amigo. Estamos toda la tarde charlando. Le digo que su mujer creo que está intentando algo conmigo, que se le ve dispuesta y que es una guarra de mucho cuidado, pero nada. El hombre sigue en sus cabales. Así que le digo que me escribo con ella por email y me ha confesado que no disfruta con él cuando tienen sexo. Que la tiene chiquitita. Pero nada, el hombre sigue en sus trece. Así que me voy porque estoy empezando a marearme. No soporto la gente que no colabora. Si puedo me la follaré de verdad, porque lo de la pinta de guarra….eso no se la quita nadie.

Ando el trecho que me separa de mi vehículo y cuando estoy como a unos veinte metros, quizá cincuenta (qué sé yo de distancias), veo que hay un tipo menudo vestido con una indumentaria gris. Va con un aparatito en sus manos y parece que apunta algo. Desde lejos tiene la cara como estropeada. Una cara con muchas posibilidades. Empiezo a correr hacia él. Evidentemente es el muñeco de la hora y me está poniendo una multa. Llego hasta él y se confirma lo que había visto de lejos. Tiene una nariz redonda y grande. Ojos como botones y un bigotito mal afeitado. El flequillo grasiento le cae sobre unas gafas demasiado grandes para esa cara. Parece un subnormal. El típico subnormal de la hora.

-Eh, eh amigo!! tranquilo que ya estoy aquí!

-Hola, buenas tardes.

-No me pongas la multa que ya me voy.

-Lo siento, pero ya no puedo.

-Pero  ¿por qué no? Ya le he dicho que me voy ya!

-Sí, ya me lo ha dicho, pero no puedo hacer nada. En cuanto redacto la sanción pasa a centralita y queda grabado, con lo cual no puedo rectificarla.

-Joder! ¿cómo que no puedes hacer nada?! Trae aquí……..¿¿¿¿¿¿sesenta euros??????. ¿Pero tú estás mal de la cabeza o qué?

-Oiga señor, yo no estipulo lo que debe pagar por la sanción. Yo sólo me encargo del trabajo que tengo que hacer….

-Pero que trabajo ni que mierda? ….¿¿¿¿¿sesenta euros????

- ¿por qué no pagó lo que debía en su momento?

-Que  ¿¿¿¿¿por qué?????.....porque no me sale de las narices!, porque me parece abusivo que tenga que pagar todos los santos días por aparcar mi coche en un lugar público!

-Le entiendo señor, pero yo no hago las normas.

-Sí, sí, sí. Tu sólo las cumples, ¿no? Vamos hombre que no estoy yo para pagar sesenta euros

-Si lo paga en el plazo de quince días se le reduce un cincuenta por ciento.

-Mira pavo, o me quitas la multa o…..

-Por favor señor!. Suélteme la camisa inmediatamente! Ya le he dicho que sólo hago mi trabajo!

-Además tu trabajas para una jodida empresa privada contratada por el ayuntamiento de valencia….o sea, que no eres un empleado oficial con la potestad de ponerme una multa ¿te queda claro? Cuando venga un policía y lo haga, entonces ya veremos, pero mientras tanto ¡¡¡¡tú no eres nadie para hacerlo!!!!.

-por favor no me vuelva a coger ni a tocar. Si quiere hablar, hable, pero no me toque.

-Oye,  pero tú ¿de qué coño vas?

-Lo siento pero no voy a seguir hablando con usted. Tengo que seguir trabajando……..

-AAAAAHHHHHHHH!!!! AHHHHHHH!!!! JODERRRRRR!!!!

-¿Te gusta? ¿eh? Dime, ¿te gusta?

-AHHHHHH………….. POR QUÉ HA HECHO ESO?

-Te gusta o no?, dime ¿te ha gustado?

-PERO ¿POR QUÉ UN PUÑETAZO EN LA OREJA? ¿ESTÁ LOCO O QUE LE PASA?

-Ya no respondo pavo, ya no hay nadie al volante uuuuuhhh uuuuhhhhh

-PARE, PARE, POR EL AMOR DE DIOS!!!!

-Jode o ¿qué? ¿eh? ¿eh?

-QUE SEPA QUE LE VOY A DENUNCIAR A LA POLICIA

-¿sí?, ¿te vas a chivar a tu mamaíta? Uuuhhhhh uuuhhhhhh

-PARA……. PARA ……..AAHHHHHH……AHAHHAHHHH JODEEEERRRRRR!!!!!!!!

-jijijij….ahora vas a juego ¿eh?

-LA OTRA OREJAAAAA CABRÓNNNNNNN

-Ahora ya sabes lo que es, ¿eh?

-¡¡¡¡Que es el ¿qué?!!!!

-Pues ya sabes……uuuhhhh uuuuhhhhh…….como haces tú……….Hey, ¿pero dónde vas?........vuelve y lo hablamos, hombre!!!! Vuelve!!!!



El muñeco de la hora se va corriendo  despavorido en busca de refugio. Sé que no ha estado del todo bien mi reacción. Pero joder, uno lo intenta y lo intenta y no puede ser. No puede ser  tanta presión. Lo malo de todo esto es que ahora me siento un poco culpable. Tan pequeño…..y con gafas…….parecía que tenía estudios, incluso. Si ves como se le han quedado las orejas, lo pintas de azul y está para plantarlo en una rotonda. –Oh! Qué bonito!!! Has visto? ¿Con gafas y todo? Vaya detalle del artista no?!!!!-. Bueno qué le vamos a hacer. A todos no ha tocado pagar el pato alguna vez. Fuera imágenes, fuera recuerdos, fuera la culpa. Reseteando….….después de todo…….¿qué vas a hacer…cuando un colibrí te picotea en las pelotas?